Hay un
final de verano, en las olas de mi mar.
Un calor
que es mío y diferente.
Que he
extraído y sintetizado, como si savia fuera,
de los
abismos formidables de los momentos.
De las
andanzas por lugares solo míos
que recorrí
de manos dadas con un fado
mucho más
grande que mi destino.
De andanzas
que ahora son ya caminos.
Hay, sí, un
final de verano, en las olas de mi mar.
Pero ya soy
Otoño.
Caliente,
todavía, y cargado
con todos
colores de Verano.
Sin hojas
sueltas corriendo por el suelo, marchitas,
arrastrándose
sobre las piedras lisas
con el
sonido grave del fuego crepitando en las
hogueras.
Porque mis
hojas, son sueños que el viento lleva y,
a cada una,
mi pasión desmesurada:
- mi grito
de amor que nada, nunca, igualará.
Por eso,
mis hojas irán teniendo de mí más que yo mismo.
Me llevarán
en todos los poemas que yo alcanzar a ser,
y tal vez
por mí enciendan estrellas, raras,
sembradas
únicas como diamantes,
que darán
voces a madrugadas y silencios.
Encenderán
lunas y sombras cómplices.
Eternizarán
brillos de vela, en lindos ojos,
y serán
como raíces de memorias en flor
flanqueando
veredas de tiempo.
Arenas
calientes en ensenadas de plata
incontrastada.
Bosques de
gestos frondosos, rigiendo un enorme concierto
de miles de
ternuras sutiles, sincronizadas
por las
partituras volátiles de los momentos…
Tal
vez por eso, aquel tronco desnudo allá adelante,
como un
maestro, pararrayos de la extrañeza,
yergua sus
brazos, rigiendo bajo la luna plateada
el coro
siempre algo profano
de las
descubiertas ya hechas.
(imperceptibles en la noche del desierto, propagándose,
dunas y
velos diáfanos, toques de sedas y
terciopelos,
respiraciones
pesadas, narinas de camellos
caminando
silenciosamente… )
Y por eso,
quien sabe
se solamente por eso,
jamás seré
Invierno…
Belo poema, meu nobre colecionador de emoções e poeta.
ResponderExcluirGrande abraço e obrigado pela dica.
Jorge Luiz Vargas
De acuerdo, tú jamás serás invierno!!!! Maravilloso que quisiera apropiármelo. Mil gracias por compartirlo, ¡Poeta!
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